El
que se cansa… ¡pierde!
Dorian
García G.
Quien
crea que “LA GÜARIMBA” se enfrió, está equivocado. Venga y le cuento. Resulta
que uno de los objetivos de la güarimba es, mediante manifestaciones no
violentas, imposibilitar las actividades cotidianas. Y Nicolás, nos ha hecho el
quite; lo ha logrado sin proponérselo.
El
“carnaval” decretado por el régimen se ha transformado en un “stand-by”, un
descanso que, luego de tres semanas de lucha ciudadana, permitirá organizar la
protesta como derecho al disentimiento. Un lapso restaurador para afinar
estrategias para el agredido movimiento de protesta nacional.
El régimen, se
expresó con una extraña solución al conflicto social fijando “vacaciones por decreto”. Nicolás presume
de liquidar la disidencia inmovilizando al país, sin entender que aún cuando
las “barricadas” no están en las
calles, los objetivos de paralizar al país, se han concretado; Nicolás paralizó
Venezuela.
La “Güarimba” como manifestación tiene por objetivo colocar parapetos en el frente de la propia vivienda, incinerar cauchos y obstaculizar el tránsito de vehículos, a fin de imposibilitar las actividades cotidianas. En situaciones extremas llega hasta a paralizar al país hasta dejar sin poder al gobierno, exigiéndolo a cesar en sus funciones. Los “gochos” han sido los precursores.
Los venezolanos reaccionamos ante un régimen represor que se ha hecho cómplice
de la violación de la soberanía nacional, al permitir la
entrada de grupos mercenarios armados al país y su alianza con “colectivos”, agentes
desestabilizadores, que aplican el terrorismo de Estado como método de
represión.
El grave peligro político que se cierne sobre
Latinoamérica con el surgimiento del régimen Castro-comunista, será desterrado.
La protesta es solo el comienzo. El final es inminente.
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