La Suprema
Felicidad
Dorian García
G.
@doriangarciag
El
Viceministerio para la Suprema Felicidad Social del pueblo venezolano, es la nueva forma de alborozo institucional decretada por Nicolás Maduro, el mandadero investido sucesor, dizque en honor a Chávez y a
Bolívar. Solo
a sujetos como este, sin manejo conceptual de respeto alguno, osan endosarle a El Libertador una improvisada forma
de corrupción sin igual, sin génesis en los anales del compendio de la
locura, conocida
como “chavismo” y enquistada en Miraflores; razia olorosa a
“martillo y tumbe”.
La proclama cubrió las redes de
comunicación. El anuncio fue recibido mayormente a carcajada limpia, por
insólito. Otros lo hicieron con estupor e indignación. Pero qué podemos esperar
de individuos que jamás han tenido medida del equilibrio y mucho menos de
cordura.
El país permanece bajo los azotes
diarios de un régimen que pareciera vivir satisfecho de su apetito inquisitorio,
cumpliendo órdenes extraterritoriales de un maloliente perfil habanero. Las
manifestaciones de denuncia ciudadana han dado origen a la creación, por parte
del régimen, de grupos de choque como respuesta de fuerza de contraste. La ruina
del país ha sido decretada.
La realidad es que Venezuela es una
nación azotada por la violencia y con ausencia total de justicia social. Hoy el
pillaje y el “ta´barato” hacen sonreír a los mismos canallas que luego
lloraran cuando sean presa de la desolación.
Si no hubiese tanta sangre, uno hasta
podría reírse de esta cosa que suena como un mal chiste y que rebasa las
fronteras del ridículo. Pero es que la farsa que algunos pretenden prolongar,
colma la paciente blandenguería de un país sorprendido bajo las intenciones
torcidas de filibusteros que le han tomado de rehén. Pronto
amanecerá…
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