Lo que viene es joropo

Chávez no volverá. No pudo decir adiós. De aquel volcán que personificó Hugo Chávez solo quedó el vacío y ni siquiera pudo despedirse. Pero es incuestionable que tornó a Venezuela en un país enfermo, social y económicamente hablando. Lo advirtió con franqueza, “lo que viene es joropo”.

Desde 1998 tuvo una fuente casi inagotable de dinero y gracias al petróleo un cheque en blanco, política y financieramente hablando, para llevar adelante las iniciativas que el país requería. Hizo lo que quiso. Cambio el nombre del país, la bandera, la hora legal, los símbolos; pero no llevó el futuro de sus pobres a una senda de prosperidad. Por el contrario, situó a Venezuela en una ruta peligrosa de polarización social.

De él se hablará por largo rato. Colocó el tema de la inseguridad, el desabastecimiento y la crisis de los hogares venezolanos, 14 años que han significado en la historia de Venezuela, una irremediable oportunidad perdida.

Hoy, los misterios que rodeaban su silencio se han descifrado. El oropel que le rodeaba desaparecerá. Todo a su alrededor trasciende ligado a su ego personalista y de ungido por los dioses; Chávez solo buscó la acumulación de poder. Controversialmente, su conducta fascista y generadora de odios, lo convierten en un vengador inclemente y en un vulgar y desinformado gerente de un gallinero, amo y señor de una granja de tablas de oro. Así, de forma autoritaria y sin mesura, manejó durante 14 años el presupuesto de Venezuela, dejando las arcas nacionales al borde de un absoluto punto de quiebre.

Chávez, el hombre, se aseguró de tener a su lado a los personajes más disímiles con los que compartía una retorcida actitud de resentimiento y venganza personal. Y acechó al país desde todos los flancos, con la colaboración de los que desde sus más ocultos rencores y lealtad enfermiza, desarrollaba su venganza hacia quienes por decisión personal consideró enemigos de un proceso, nunca entendido, al que llamó “socialismo del siglo XXI”, proyecto ligado íntimamente a su liderazgo y cuyo futuro difícilmente perdurará luego de su muerte.

La codicia disfrazada de amor descubrirá los rostros de sus legiones que, más temprano que tarde, reclamarán en una explosión social su verdadero porque. Pervive en Miraflores un individuo como presidente de facto, aferrado a un poder para el que nadie lo eligió.

Ya no está el amo del frenesí social, del furor, el que retaba con voz poderosa al statu cuo, en mitin perpetuo dirigido para cobijar o execrar a propios y adversos a placer, el del encanto manipulador a las clases populares para quienes, el “comandante-presidente”, ya no estará. Por que Hugo Chávez enmudeció para siempre y no habiendo un remplazo equiparable a su influencia, su fuerza pronto deberá apagarse.

Venezolanos preparémonos ante aquél anuncio; por que gane quién gane la presidencia del próximo 14 de Abril… “lo que viene es joropo”.

"Si se impone la mentira,

Venezuela será destruida"