lunes, 25 de febrero de 2013

El extraño silencio nacional

El pesado ambiente que se vive en Venezuela no es posible explicarlo. Nicolás Maduro declaró haber sostenido una entrevista con Hugo Chávez por cinco horas. Quién se figura a Chávez escribiendo por cinco horas y sin abrir la boca. El país comienza a oler a formol.

Cuanta confusión experimentamos, cuan pesado ambiente este de la noticia ambigua y la desinformación. Venezuela vive una normalidad inquietante. ¿Y tú qué dices?

Las constantes devaluaciones no tienen explicación, más aún cuando podemos comparar una suerte distinta con el resto de los países de la OPEP. Solo el saqueo, el asalto filibustero al tesoro nacional lo explica. Pero los depredadores lo llaman “defensa de nuestra moneda que ha sufrido un ataque inclemente especulativo de agentes económicos que viven de la especulación”.

Intentaran reponer la leyenda urbana del 27 de Febrero y transformarla en epopeya. O insistirán en crear un culto mágico religioso lleno de personalismo hacia el “héroe del Museo Militar”. El peso de la historia sufre de una ligera sinceridad comprometida con la memoria y el poder del Estado, o a decir mejor con el régimen de facto. Vaya pandilla.

La reunificación nacional necesita de una ruptura con este presente devastador, donde el vandalismo se ha hecho de las leyes, del equilibrio y de la sensatez. Ante tanta destrucción, Venezuela necesita ser reedificada.

La hambrienta solidaridad internacional ha hablado; algunos se hacen los locos. De ellos nada esperamos. Pero hay quien ganó un lugar en la historia. Gracias Dr. Cochez.

La atmosfera puede ser cortada con un grito. Y tú me preocupas. Deberá prorrumpir de nuestro pecho el valor suficiente para activarnos y terminar con tanta canallada, que pasa por cambiar las condiciones imperantes del sistema electoral. Está en juego la Republica ¡Ya basta!

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