El protocolo revolucionario pareciera desconocer que “el pueblo” observa sus excesos. No solo se escucha sobre el despilfarro de dinero que acompaña los anuncios en créditos multimillonarios extraordinarios que se esfuman en la desinformación y el silencio de los organismos burocráticos de control.
Los viajes presidenciales están rodeados de un lujoso derroche de recursos a fin de atender una numerosa comitiva, personal de seguridad y agregados. Ellos, son los privilegiados del Disney revolucionario y el turismo clínico.
A ellos los vemos frecuentemente por los medios de comunicación. Son una camarilla de favorecidos que se mueve a placer para acompañar al hipotético enfermo presidencial de Miraflores (no hay informe médico que así lo confirme), con goce de Cadivi ilimitado. Esta fauna es de no creer, todos, todos compiten encarnizadamente por el “Bejuco de Oro” para ganarse, tan siquiera, la mirada discrecional de su jefe.
Concedidos de viáticos los viajeros revolucionarios (muertos de risa) realizan sus sueños capitalistas y raspan duro sobre las bondades que les provee esa tarjetita que desangra nuestros recursos. Así el ego del régimen manirroto, vía Fonden, se expande y un bocazas insatisfecho nos sataniza y llama “escuálidos” y “pitiyanquis”. La viajadera y sus arbitrariedades, todos la pagaremos recordándolo. Que viva el liberalismo del siglo XXI, pues.
Y es que tienen que ver cómo se guinda esta gentecilla, como jalan parejo. Los hemos visto sonreídos, llorosos, nerviosillos, y muy aplaudidores mostrando sus atributos cantantes y cantantas y hasta hay quien batió las pestañas de sus “ojitos lindos” y asegurase el favor del presumido. La beca presidencial es una lotería que los rojo-rojitos sueñan ganar. Viene a la memoria Pastor Maldonado.
Pero no solo los vampiros latinoamericanos jurungan la billetera bolivariana. También hay otros zopilotes de procedencia deportiva o farandulera. Entre otros internacionales Sean Penn, Maradona, Oliver Stone, Noemi Cambell, Danny Glover, le han sabido sacar provecho.
La regaladera es inacabable y cada uno de los venezolanos tenemos a la fecha una deuda calculada de diez mil dólares, pero les advertimos al señor Chávez y su plana de adláteres de la Asamblea Nacional, no permitiremos más excesos. El 7 de Octubre recibirán su premio. Hay un camino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario