
Honduras constituyó, bajo el mandato de Manuel Zelaya, territorio espléndido como punto de enlace a otros destinos para el comercio ilegal de drogas. La rebelión popular dio con el traste a los planes expansionistas de un no muy claro “socialismo del siglo XXI”, utilizando al territorio hondureño como plataforma para los más ruines planes de expansionismo ideológico de fundamento cubano.
La historia torcida del regreso y perdón indiscutido a Zelaya, que contó con la colaboración de miembros del club de la deshonra, es ampliamente conocida. Pero nadie supuso la rápida tolerancia con la que Porfirio "Pepe" Lobo, de extraño y risueño semblante, se enchufaría mansamente a colaborar y ofrendar lealtad automática al dadivoso Hugo Chávez.
Chávez afirma su posición en Honduras y a las reformas que removieron a Zelaya en 2009, parecieran pasar a la historia sigilosamente sin mayores tropiezos. Honduras duerme su nobleza como sofocada, lejana de su aún reciente esfuerzo. A lo lejos, la sentimos aturdida y distante de aquella admirable gesta liberadora del peligro al cual estaba sometida y hoy le acecha.
Lo cierto es que a Porfirio Lobo, Zelaya y Chávez lo han tomado por pelele; un manso cordero, aplicándole el juego venezolano del kikiriwiki(*). No sabemos con cuanta ignorancia de su parte, a este Porfirio le va al guante lo de “Pepe”. Aún así, subyace la incógnita: es o se hace el pendejo.
Nos preguntamos sobre el papel de los militares hondureños y el extraño mutis del pueblo hondureño ante lo que a todas luces se advierte como un cómodo silencio. Algo huele mal en Dinamarca.
(*)KIKIRIWIKI: Acto de “meter lobo por liebre”. O era gato... o rata. Lobo… tomía ¿?
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