La concentración de poder, en detrimento de las instituciones, evidencia una actitud irresponsable en la posición de un gobierno que no gobierna y, por el contrario, confronta la vitalidad del futuro nacional y los intereses del país. Como ejemplo podemos citar las decisiones tomadas respecto a los planteamientos limítrofes con Guyana y la pertinencia de establecer políticas en defensa de nuestros intereses, hoy alejadas de un apropiado tratamiento diplomático.
El país va sin dirección, sin conductor y tocando corneta en un espacio tomado por el miedo, la violencia y la anarquía. El caos está próximo y hay que ponerle reparo. Una nueva conducción es inminente y necesaria. El dinamo presidencial trabaja para agraviar el progreso interno y como abastecedor tenaz de países sanguijuela.
El tipo no escatima en dar rienda suelta a su bajeza; su semblante refleja el deforme producto de su maldad y putrefacción espiritual. Todo evidencia el triste final de su pobre papel. Que desperdicio.
El papel de la FAN está por aclararse, aún más cuando la hora nona está próxima. La democracia es un horizonte por alcanzar y tenemos seis alternativas que representan el coraje de un pueblo que convoca a la unidad. Vamos por ella.
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