VENEZUELA; EL COMUNISMO DEFINITIVO

La Parada del 19 de Abril

El grito de “Patria, Socialismo o Muerte” ha pasado a formar parte de la rutina castrense venezolana. Pero como si esto no fuera suficiente, en vehemente obsesión de llevarnos al paroxismo que, según la periodista venezolana en el exilio Patricia Poleo, Hugo Chávez se las está jugando todas en el espectáculo que tiene preparado como desfile del próximo 19 de abril, toda vez que el evento se prepara como un ostentoso derroche y exhibición de símbolos marxistas adoptados por el “ejercito venezolano forjador de… libertades”. Vaya sarcasmo.

Se cuentan cerca de 50 mil cubanos en Venezuela, de los cuales 15 mil son médicos o suponen de serlo, pues la apreciación puede quedar corta cuando la pared de información que maneja el gobierno no permite su verificación. Su permanencia en el país resulta una indudable invasión que desplaza a los venezolanos de fuentes de empleo y oportunidades que en definitiva solo favorece a los isleños. A quién reclamar en un mundo bizarro.

Cuba recibe 100 mil barriles diarios de crudos y ha absorbido 20 mil millones de dólares en los últimos años por una supuesta ayuda que proscribe a los nacionales de sus derechos a trabajar en áreas especializadas lo que se convierte en un motivo para la inmigración de los propios para favorecer a los extranjeros. Son “asesores” que, sin consulta a los venezolanos, se han posicionado al máximo nivel en los sectores más importantes como la administración de puertos, el manejo de las telecomunicaciones, petróleo y energía, sector eléctrico, inmigración, la policía, salud y, para total indignación de todos los venezolanos, en las Fuerzas Armadas, posiciones éstas que atentan contra la seguridad y soberanía nacional. La fuga de cerebros y ciudadanos de preparación calificada es una realidad que se mantiene con desvergüenza desde la cúpula del gobierno.

El caos no es una idea, es una realidad calculada que sin estar definida es llevada a cabo en un supuesto proyecto anunciado como “socialismo del siglo XXI”, cuya finalidad nos reúne con la destrucción de lo institucional, la hipoteca y la malversación de los recursos del tesoro nacional, la imposición de llevar a cabo una idea rapaz y enajenada. Un disparate, una quimera concebida por la insensatez, convirtiendo a la nación en una suerte de botín pirata, y donde pareciera que ser parte del “Eje del mal” es más importante que acercarse a los gobiernos democráticos.

Si esto no es traición a la patria, si no es tiranía, si no es receta para el caos y el fracaso del colectivo nacional, cómo lo podemos citar. Vivir en Venezuela es un riesgo; el mundo lo observa con cautela.

EL 26 DE SEPTIEMBRE ESTÁ PROXIMO

¡VIVA VENEZUELA LIBRE!