domingo, 28 de marzo de 2010

OFIDIA… Pídele perdón a Dios

ENCUENTRO CON LA REALIDAD

Como te llames es lo de menos; no podrás pasar ilesa. Cuan infames pueden llegar a ser compitiendo por el favor de su amo; te llames como te llames. Cruella de Vil queda en pañales al lado de lo brutal que como ejecutora exhibes y te complace. Hay otra Madre que llora tus injusticias, inflamadas muestras del poder que detentas sin compasión. Qué descaro.

Vimos a la Madre de Wilmer Azuaje, Carmen Cordero, quien llorando imploraba que la atendieras. "¡Mi hijo no es un delincuente!". Hubiese sido tan sencillo. Han podido ser suficientes unas bien dadas disculpas; por qué siempre hacerlo con violencia y descarrilando a Carreño. El pecádo y la cobardía no tienen género. Tampoco el tragicómico, y fraguado, evento donde presumes de protagonista. Qué fiasco.

Este no es un reclamo, ni siquiera pretende ser un aviso, pero vaya con la paja que cada rabo tendrá que proteger. Vaya pastizal lleno de majestad rastrera y ninguna humildad cuando se violentan las leyes de manera tan irregular y arbitraria. Si, es que a la Constitución la han hecho letra muerta para convertirla en estiércol. Qué ignominia.

Pero es que ustedes son así mujer, malosos y transgresores. Como seres deteriorados, violentos, cochinos de alma y sin sentimientos ni menoscabo de prerrogativas. Nunca podrán pronunciarse a si mismos como ciudadanos, cuando el poder que detentan se esfume y miren cuan fuerte es el dedo que se los otorgó… lo lamentaran, y allí estaremos para mostrarles su pestilente desempeño. Estaremos prestos a encender el cerillo y recordarles que tenían rabo e´paja “Parlamento”, vaya tropilla facinerosa.

A quién pedirás perdón mujer, a quién piedad si sabemos que no tienes corazón. Que mal estás mujer, que fea. Y no es tanto lo físico y vulgar de tu apariencia. Es por tus predecibles parlamentos, por tu saña. Es que eres fea en flagrancia si eso existe y se puede imaginar, eres tan cercana al “coco” con el que nos metían miedo, que nos avergüenza solo escuchar tu falta de decencia, ética y moral. El brazo difusor del odio al que representas y manejas a voluntad del titiritero, se hace presente en cada oportunidad que eres requerida. Eres solo una pieza más de su tablero quitaipón. Un día cercano, él te va a abandonar de su favor imperial; esta es proclama a una condena de la que no estarás exenta.

Será que nunca tuviste Madre mujer para comportarte así. Insólita es la anuncia de piedad y buenos modales a los que haces gala. Tanta vacuidad no puede provenir de un ser humano. No importa si te llamas Lina, Luisa o Maribilis, igual te muestras prepotente y retadora. Cuanta crueldad. Pero recuerda mujer, los tiempos cambian Ofidia y te encontraras como desnuda, desamparada de la cobija que te pusiste alguna vez. Estarás sola y viviendo esta realidad que hoy prefieres ignorar. Eso viene Ofidia y solo te lo aviso para que te prepares al encuentro con la realidad, esa que viene pronto luego del 26 de septiembre.

EL PENDULO

Como recordatorio en esta Semana Santa, decirte que Dios no está nunca con los violentos, con los que causan las guerras, con los que pisotean la justicia para imponer sus deseos de venganza. Dios está siempre con las víctimas, con los que sufren injustamente, con los que siguen siendo crucificados por la ambición o por el poder. Pero también para arreglar las cuentas de quienes pretenden pasar por debajo de la mesa. Pídele perdón a Dios; llámese como te llames.

El modelo de país concentrado en la Constitución ha sido burlado. Los venezolanos estamos a poco menos de seis meses de una decisión histórica, una opinión que estará dirigida a corregir el desastre que tanta ineficacia, maldad y pobreza interior ha producido, en once años de hampa administrativa y atropellos institucionales.


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