Solicitar su anulación ante el Tribunal Supremo de Justicia, será un trámite baladí, pues este TSJ actúa, visiblemente y en equipo, como un órgano inquisidor a espaldas de lo que el país requiere. Sus decisiones, están evidentemente a disposición del jefe máximo del PSUV, quien piensa que la tierra no se moverá sin su dictamen. Hay un País en rebelión.
”ENSEÑAREMOS A LOS NIÑOS
A CRITICAR A LOS MEDIOS”
HECTOR NAVARRO Ministro de Educación
Lo orgánico debe tener órgano,
y a esta “Ley Orgánica” le falta
corazón, cromosoma democrático
y alma propia de patria.
Esta ley no está pensado en lo educativo, su visión esta centrada en lo ADOCTRINANTE, donde se habla del Pluralismo RELIGIOSO, NO ASI de Pluralismo FILOSOFICO. es donde retoman la machacada y ya negada propuesta del “Hombre Nuevo”. La nueva y mala ley de educación es impuesta como ejemplo de misión política y no pedagógica.
En las instancias de la Asamblea Nacional, no se realizó un debate abierto, no hubo una consulta real. El enunciado de una “democracia participativa” ha quedado bien establecido. Somos participados de la imposición de un acto irrito e ilegal al aplicarnos lo que negamos en el Referendo del 2D. Este adefesio jurídico viola los preceptos constitucionales con el conocimiento de quienes lo proclaman, que a futuro no podrán ignorar ni evadir su participación directa, al burlar las disposiciones decretadas implementadas como objetivo político.
Es una Ley Marco que el Ministro Navarro se empeña en introducir, siendo discutida en un cerrado y personalista “YO con YO” a espaldas del País. Ni la sociedad civil, la Iglesia, estudiantes o profesores, como parte fundamental, fueron incorporados a la consulta, aún solicitándola repetidamente. Esta ley frena la disposición de la familia a educar a sus integrantes en libertad. Es el Estado, controlador del proyecto educativo.
VENEZUELA en EMERGENCIA
Esta es la desacertada, irrespetuosa y perturbadora forma con la que Hugo Chávez maneja la política educativa, donde quebranta sus promesas pero se luce al cumplir con las amenazas proferidas, maniobras de vergüenza para coronar sus fines personalistas de hegemonía.
Los venezolanos estamos descontentos, queremos que se respete nuestro derecho a decidir lo que aspiramos. No queremos ser el objeto de venganza, del fraude continuado ni conformar parte de una caterva de aplaudidores.
El “Hombre Nuevo”, es un proyecto primitivo de títere de pensamiento único y manipulado desde las apetencias e imaginativa descompostura de un megalómano. Es vestigio de la incongruencia que representa.
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