domingo, 30 de noviembre de 2008

Perro que ladra... ¡NO MUERDE!

Las lealtades compradas por el Héroe del Museo Militar, empiezan a debilitarse. Hoy cuando las exigencias proliferan y los recursos comienzan a ser insuficientes dado el derrumbe de los precios del petróleo, el barco de la "revolución" hace aguas.




Dada la destrucción del aparato de producción en los últimos diez años, Venezuela es un país que vive de las importaciones para satisfacer sus mas apremiantes y básicas necesidades. Los ingresos por renta petrolera descubren un 2009 absolutamente disminuido de posibilidades financieras para afrontar estas necesidades y cumplir con la oferta del señor Chávez a la una "Nómina de afectos".


El resultado electoral del 23 de Noviembre, que trata de minimizar diciendo que la mayoría de las gobernaciones y alcaldías son rojas, es de un impacto tremendo y es posible que hasta en su infantil imaginario se sienta ahora “rodeado” de los enemigos que gobiernan Caracas, hasta el punto de rugir a las puertas de Palacio.

El proyecto del socialismo XXI era cualitativamente inviable pero después de estas elecciones lo es también cuantitativamente. La población bajo gobernantes no chavistas pasó de tres a doce millones, es decir a casi la mitad del País. Con estas cifras proponer un referéndum para establecer la reelección indefinida es un salto al vacío.

El señor Chávez es un elemento marcado en su duración en el poder, tiene fecha de vencimiento y los hilos que lo sujetan al poder se revientan por lo insostenible. Conociendo al personaje, este valiente escapará de Palacio en rauda huída para ampararse en una de sus “conchas”. Me pregunto que será de los perturbados cuando se perciban abandonados y sin saber a quien acudir. Preparemos las ratoneras.

Chávez creyó que su autoritarismo gritón e insultante le serviría para siempre. Esto no le funciona y para el naciente 2009 no le queda otro camino que preparase a asistir al funeral de su fracaso.

Aún cuando dice que estará "hasta que el pueblo mande", podemos prever que, cuando la "nómina" no sea subsidiada por la revolución, se escuchará el cántico colectívo que le dió punch y que cristalizó su intención de aferrarse al poder. Esta vez se escuchará un poco diferente: ¡Uh-ah Chávez ya no está!
Hugo, vive con terror un halloween personal, desconfía y teme a su própia sombra. También a los fantasmas del camino, esos espectros que nunca lo abandonaran... ¡Buh!

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