sábado, 26 de enero de 2008

NO es ¡NO!

Un traje a la medida

El gobierno de Hugo Chávez se ha eternizado en un expandido turno que luce dictatorial, y que hace recordar el extinguido concepto del fascismo formulándolo en una propuesta llamada “Reforma”. Esta plantea su reelección presidencial continua, lo que suena a indefinida y perpetua y en la que se violan al menos cinco derechos humanos fundamentales entre los que se destacan: Derecho a tener propiedad individual y colectiva, libertad de pensamiento y de conciencia, de reunión y de voto. El “Estado” se reforma y con “la bicha” se hace un traje estilo Luis XIV a la medida.

Chávez, un militar que conspiró en 1992 en “nombre del pueblo” contra un gobierno elegido democráticamente, hoy se constituye en un gobernante todopoderoso, prepotente e irascible al que el pueblo ha llegado a molestarle, manteniéndolo al margen y para ello se rodea de múltiples círculos de protección. Para la conciencia venezolana, la no manoseada o corroída por sus redes impositivas y tentaculares, constituye un gobierno forajido que ha encadenado al Estado.

Sin intentar caricaturizarlo, Chávez decidió por propia cuenta auto-otorgarse la Orden militar de la Defensa Nacional, en el grado de "Comendador", insignia militar única que sólo puede ser concedida por la máxima autoridad militar de Venezuela, él mismo. Esta resolución apareció en Gaceta Oficial, donde se apunta “por orden del presidente”.

Hoy nadie puede dudar que el señor Chávez piensa que tiene potestades absolutas sobre todos los poderes públicos del Estado, o que el principio de la legalidad cuente para él, resaltando la condición Narcisista-leninista de la que hace gala. Chávez se auto estima benefactor supremo con un gobierno definitivamente absolutista y autocrático, donde se llega a escuchar frases como “Tienen que obedecer al Líder, al Líder no se le cuestiona”. En vallas leímos ”Con Chávez manda el pueblo” ¡vaya valla!

Quienes le adversan, no tienen Instituciones a las que acudir. Para comprobarlo, solo trate que el Tribunal Supremo de Justicia venezolano, acepte una querella contra algún funcionario o institución. Pretenda discrepar al Gobierno-Estado y verá los resultados, pues al solo invocar el Artículo 350 que habla de la potestad de disentir y aún apoyándose en la Constitución, será catalogado de golpista e incitador de revertir el Orden Constitucional.

El electo Presidente Chávez en abril del 1999 enunció un proyecto de dominio monárquico en su intervención ante la CSJ: “Inmerso en un peligroso escenario que domina el planeta (Montesquieu; Darwin), debo confirmar ante la Honorabilísima Corte Suprema de Justicia el Principio de la exclusividad presidencial en la conducción del Estado". Este principio no está consagrado en la Constitución. Es una pretensión absolutista e inaceptable a los Principios de Libertad.

Venezuela está secuestrada en sus instituciones por un transgresor de los Derechos Humanos, un populista pragmático que se mantiene en el poder a costa de una forjada polarización social y un clima de efervescencia planificado desde laboratorios de odio-influencia. La llamada “Reforma” intenta abolir la Constitución, censurar la información y eternizar en el poder a un individuo. Es necesario recordar que los delitos de lesa humanidad no prescriben; que a aquellos quienes hayan perseguido y violentado los derechos ciudadanos fundamentales, La Haya les estará esperando.








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