martes, 13 de enero de 2015

Una “lista” para hacer Justicia

Dorian García G.

Las democracias modernas no se consolidan con picaros que acomodan las leyes a su antojo”.

Dr. Omar Bruno De Marchi – Diputado argentino

Hay quienes están condenando el futuro de su entorno, de sus propios hijos. Durante los últimos 17 años, la destrucción institucional que se acomete en Venezuela, ha venido aconteciendo gracias al temor de muchos y la impunidad de una minoría que se privilegia de su desvergüenza. Son acaso conscientes algunos diputados y jueces, del infortunado papel que juegan en la historia. Algo está claro, preparan el terreno para la impunidad futura. Y aún sabiendo que no están bien sus descarríos, les da  lo mismo hacer lo que los pillos en retirada. Sus acciones los colocan en la lista.

Es vergonzoso advertir cómo Instituciones Estadales venezolanas pueden estar dirigidas por verdaderos gánsteres. Nos toman por tontos y ellos, los “revolucionarios” que hoy están seguros de que no van a ser tocados por la historia, seguramente arden en cólera por estas palabras que solo promueven nuestro desconcierto a tanta impunidad de quienes se han hecho, en estos 17 años, un país a la medida de sus apetencias. Al retorno de la Justicia, habrá mucho que explicar para que estos despropósitos no pasen como meras leyendas urbanas; que estos pusilánimes personajes respondan al apropiado examen disciplinario de la historia será inevitable.


Secreto a voces
Hay quien usa la impunidad con descaro para comprar conciencias y favores de sus pares. El país conjetura sobre un capitán, dado de baja por su participación en el golpe de Estado acometido contra el presidente Carlos Andrés Pérez, cuya incalculable fortuna le ha convertido en el hombre más sospechado de la Venezuela boliburguesa.

Por ese mismo redil, el país tamiza la notoriedad de figuras que difícilmente hubiesen podido alcanzar boga, como privilegiadas, por propio patrimonio. Encontramos a maestros, conductores de taxi y autobús, entre otros, coronarse de nepotismo y hacer vida de magnates. Quién grita ensordecedoramente en el campo del silencio cómplice.

Y vienen a la mente tantos nombres, El futuro deberá proponer un costo político y el pago a satisfacción a los ciudadanos, corrección y honor al país. Cuando el final se acerque, las ratas huirán brotarán presurosas a buscar refugio. Pero también saben que el mundo se les ha hecho pequeño. No hay ningún listado; ellos saben que sabemos, que están en la lista. Los buscaremos.

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