jueves, 17 de noviembre de 2011

"PELE EL OJO", VENEZUELA. Angélica Mora

He recibido correos y he visto fotos de la terrible escasez que sufre Venezuela. Por eso, no voy a escribir en esta columna sobre la falta de libertad que sufre la nación donde yo viví diez años de periodismo activo y libre y donde la gente era una de las más dicharacheras y con la risa más contagiosa que he conocido en mi largo peregrinar por el mundo.

Tampoco voy a comentar sobre la inseguridad en un país en el que yo solía pasear por las calles y frecuentar lugares en los atardeceres para juntarme con mis amigos y disfrutar, como en "La Cigarra no es un Bicho", una buena cerveza acompañada de una fuente de "papas arrugadas".



En lo que hoy me quedó atónita es frente a la miseria que muestra una de las naciones más ricas de América Latina. Es imposible calcular todo lo que se ha despilfarrado desde que el teniente coronel Hugo Chávez se apoderó del país con el propósito de "más nunca" entregarlo a manos democráticas.

La cantidad es tan exorbitante que no me atrevo a escribirla, porque de todas maneras me quedaría corta. Contemos desde el 2005, $ 113 mil millones de dólares que han tenido un destino incierto. Corresponden a cuatro veces las reservas internacionales del país, y son equivalentes a la suma de todo el presupuesto presentado por el Gobierno para los años 2011 y 2012.

De ese despilfarro del petrodinero todos los gobiernos amigos han usufructuado. Todos menos el pueblo venezolano, que no ha tenido ningún beneficio, salvo núcleos de las clases pobres quienes reciben alguna ayuda y por esto son el centro de “los leales” a Hugo Chávez.


Las viviendas en Venezuela son insuficientes. Las obras en vías y caminos inexistentes. La salud es un quebradero de cabeza para los sanos y enfermos. La educación impartida ya es comunista. Los estantes vacíos en los supermercados son un reto diario para las amas de casa. Y cuando los productos emergen, aparecen con nuevo precios.

La escasez de productos de la cesta básica venezolana es el principal tema de conversación del venezolano que trata de conseguir lo más elemental del diario comer. Hoy la leche, la leche en polvo, la carne, el café y el aceite han desaparecido en los supermercados y abastos.

Mientras tanto, el gobierno de Miraflores ha manejado miles de miles de millones de dólares a discreción de Chávez, que han sido malgastados en armamento militar y maletas de dinero a gobierno de otros países, como Nicaragua, para consolidar regímenes apegados al gobierno de la Habana. Nada realmente es para Venezuela y las protestas del ciudadano aumentan.

Julio Borges, Coordinador Nacional de Primero Justicia, denunció:
"Lo insólito es que en Venezuela pudiéramos haber construido tres millones de casas con esos 113 mil millones de dólares que han sido manejas desde 2005 hasta hoy sin control alguno, con eso habríamos resuelto ya la crisis habitacional".

El pueblo de Venezuela no puede estar tan ciego para no ver el Emperador desnudo y así en cueros, empecinado en causar aún más caos si lo reeligen. El Hombre de Miraflores está siguiendo, al pie de la letra las directrices de su Maestro Fidel Castro, quien convirtió la próspera Cuba en una nación paupérrima y cautiva.

No creo que un ama de casa, con su cesta vacía, un comerciante aterrado por la inseguridad, una familia viviendo día a día en un hogar que ya no es el suyo, vaya a votar por Hugo Chávez en las elecciones del próximo año. Tendrían que estar todos locos. Yo creo que frente a la urna van a dejar hablar su indignación.

Ese vuelco se vislumbra y por lo visto ganará un candidato de la oposición. Sin embargo, hay un peligro latente en la codicia sin límite del Mandatario y su propósito de no entregar el poder, aunque pierda.

Por eso, hay que vigilar –“pelar el ojo” frente a ese voto, para que no sea adulterado y después en los conteos, no aparezca -sorpresivamente- a favor de Hugo Chávez Frías.

1 comentario:

sestao dijo...

Allá por los años 1974, estuve en Suecia recibiendo en Ericsson el know how para instalar una fábrica de teléfonos en Venezuela. La fábrica se llevó a cabo según criterios personales y visitando de nuevo la compañía sueca, fui invitado a registrarme en la nómina de Ericsson.Recibieron una negativa de mi parte debido a muchos factores: económicos,ambientales (aunque vasco, vivo desde el 54 en Venezuela, país tropical) y por último,el desarrollo de una vida feliz en Venezuela, en aquella época.Cómo ha cambiado la vida en Venezuela.Por supuesto que si hoy me lo ofrecieran, no dudaría ni un segundo en aceptarlo.En aquella ocasión les dije: yo amo mucho a Venezuela.La sigo amando igual pero para dar una idea, la mitad de mi familia,hijos, viven en el país vasco.Con eso digo bastante.He leido el artículo y apruebo el 100% lo escrito.Muy a pesar mío.La otra mitad de la familia,quiere cambiar de país.Qué tristeza con Venezuela. Me decía un empresario en Galicia, cuando acudi allí a firmar un contrato de fabricación de moldes para el nuevo teléfono:Venezuela tiene todo.Dios le ha dado todas las riquezas que puedan haber sobre la tierra, pero la ha castigado con malos gobiernos.Se equivicó en una cosa:Dios no castiga.Son los venezolanos que nos damos esos malos gobiernos.