domingo, 14 de marzo de 2010

“Camaradas" patraña zurda, majadera e ilusa


Pareciera que a quienes se auto aventuran a emplazarse “camaradas”, se les hubiesen terminado las alternativas de ser alguien en la vida y acaban siguiendo a figuras fabricadas, con muy mala confección, por la necesidad de acosar utopías. Ellos idealizan en al fantasma de un barbudo personaje de insuficiencia histórica a sus superhéroes que, en poses sketches y frases reconstruidas, cobran vida para ser efectivos en una débil realidad, engrandecida por el mito recreado en cada oportunidad necesaria, confeccionado a la medida para encajar con lo autentico de su propia fantasía revolucionaria.

Y el mito se hace glorioso en inexistentes leyendas hasta llegar a convertirse en personaje invulnerable, con una impenetrable armadura… de cáscara de huevo.

Y entonces se montan en el corcel del siglo XXI y visten su disfraz de ejercito circense y se proclaman “camaradas” y hacen gala de su incontinencia verbal, henchidos del gas de la mentira que les hace valientes, orgullosos y felices de continuar con su fracaso, con su quimera, viviendo su espejismo centrado en lo dantesco y convertir su rotulo en un remoquete que les sentencia.

Camarada”… vaya cosa extraña. El hampa se disfraza y se escuda tras el apelativo de una seudo revolución que en once años solo ha logrado patinar el hielo delgado del apestoso bote de basura de sus mentores, asesinos y defraudadores de la nación. Ellos y sus seguidores son reconocibles y transforman lo que pudo ser el éxito de una sociedad en una aventura apestosa, tragicómica y denigrante. Venezuela los tiene precisados y el mundo conocido se ha hecho un dedal. Dónde se esconderá tanta m...

Vaya, vaya… ¡camaradas… ja!

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