Al iniciarse el siglo XVIII, el sistema político predominante en Europa era el absolutismo monárquico, resultado del fortalecimiento del poder real iniciado desde finales de la Baja Edad Media. Este sistema se sustentaba esencialmente en la nobleza, que continuaba siendo el grupo dominante, propietario de la mayoría de las tierras y detentador de cargos y privilegios. La burguesía, a pesar de su enriquecimiento, carecía de influencia política y permanecía marginada de los círculos de poder.
El siglo XXI, está prometiendo dejar de ser una ilusión lejana -al menos para los que nacimos a mitad del XX-. Estamos descubriendo que hay valores que día a día superan en fuerza aquellos conceptos que nos enseñaron nuestras familias y profesores. Moral y rectitud, la defensa de principios, son sólo pasajes lejanos de clases que hoy suenan como simbolismos casi utópicos, reforzados por violadores de la leyes constitucionales, nuestro marco de valores y guia patriotica.
El latrocinio político que se está cometiendo por parte del oficialismo, al impedir el libre albedrío, ha sido demostrado en cada elección amañada y con la acción innegable en 2 de Diciembre 2007, decisión negada desde las palabras de Hugo Chávez, quien ha avanzado en sus propósitos, de "no retirar ni una coma" de la propuesta derrotada y que muestra la realidad a la que los venezolanos nos enfrentamos con la violación desvergonzada de nuestros derechos por un autocrata que, sin vergüenza, nos reta a empujar la decisión democrática que él y su banda quieren negar y a la que anuncian como "Socialismo del siglo XXI".
“El Estado soy yo”. La conocida sentencia de Luís XIV de Francia resume en pocas palabras la esencia del absolutismo: un régimen político en el que una persona, el soberano, ejerce el poder con carácter absoluto, sin límites jurídicos ni de ninguna otra naturaleza. Venezuela tiene un ejemplo atrevído, hasta ha pronunciado la frase emblemática, adoleciendo de majestad... sobrandole tornillos y descoque.
Ese absolutismo, terminó hace tres siglos. Políticos y neodictadores latinoamericanos deberían leer más a menudo sobre la historia. ¡Cuidense, o mejor "rectifiquen a tiempo"... vamos a la carga!
1 comentario:
Dorian, no soy dado a externar muchas felicitaciones para no quitarle su valor y ahora quiero felicitarte por este trabajo.
Muy bueno
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