miércoles, 4 de febrero de 2009

AUTOCRACIA, diez años de vergüenza


Llegaron al poder para arruinar a Venezuela. La historia nos lo había advertido. El chavismo es una clase atrasada y desvergonzada. Son lobos, hienas y resentídos, una cuadrilla de violentos, inadaptados y asesínos que acechan al país.

Viven su eterna oscuridad calculando cómo victimizarnos haciendonos presa de sus malos instintos, criminalizando nuestras acciones y hacerse con el poder eternamente, por las buenas o por las malas. Sin credo ni religión, solo obedecen a sus instintos, derramando maldad y disfrutando de su impunidad. No respetaron la Torá como núnca lo han hecho con la Biblia. Por que, cruda y escatológicamente, lo sagrado les "sabe a mie... "

Estamos a las puertas de un nuevo intento de golpe de estado. Son ellos, los mismos barbaros.
Se cumplen 10 años desde la bizarra hora en que Hugo Chávez asumió el poder, para no soltarlo ­a confesión ­ hasta el 2049. Permeó desde su maníaca oratoria en aquel grosero discurso de la toma de posesión, sus futuras acciones que arrancaron el 2 de febrero de 1999. Debieron entonces dispararse las alarmas.

El mesías revolucionario podía dejar atras su teatro embuido de nacionalismo. Su poder creció en dimensiones inconmensurables durante este decenio donde, prácticamente, se ha convirtido en un autócrata.

Ya se comenta sobre un presunto Plan que se ejecutaría si gana el "No", que adversa la propuesta inconstitucional del 15 de Febrero, en la que el señor Chávez violenta a la Constitución para eternizarse, en sus palabras hasta el 2049.

El Gobierno no está dispuesto a reconocer la derrota y se servirá de sus violentos grupos de choque para repeler, quizas con consecuencias conocídas, a los opositores que denuncien el fraude. El plan contempla la toma de Globovisión y controlar la emisión de información radial. Estos sujetos, perturbados mentalmente, tienen sed de codicia, oportunismo y destrucción.

A mí no me engañaron, pero eso no me hace sentirme mejor... no, no lo hace. Ahora también nos echa gas del bueno. ¡Nadie está a salvo!

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"No hay nada que celebrar en Venezuela. La tragedia no está en lo que nos ha tocado vivir,
sino en lo mucho que tenemos que poner para reconstruir lo destruido".

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